CKOI ATACAMA LODGE

Explorando el Universo desde Atacama: Una Ventana a la Inmensidad

Durante el día, el Sol ilumina Atacama, revelando un paisaje marcado por una paleta de colores que oculta tesoros minerales y vestigios de culturas milenarias. Pero al caer la noche, el crepúsculo da paso a un espectáculo celestial: un firmamento azabache salpicado de estrellas que dan forma a la Vía Láctea. Bajo este cielo nocturno, la conciencia de ser meros viajeros en el vasto universo se hace palpable.
Atacama, con sus noches mayormente despejadas y cielos oscuros no contaminados por la luminiscencia de las ciudades, se erige como un santuario para la observación astronómica. Estas condiciones óptimas tienen su origen en la geografía única del lugar: la corriente fría de Humboldt y la majestuosa cordillera de los Andes actúan como guardianes, protegiendo el cielo de la intrusión de nubes y humedad.

El interés de astrónomos de renombre internacional llevó a la instalación de observatorios en Atacama desde mediados del siglo pasado. Estudios detallados respaldaron la idoneidad del lugar para albergar estos observatorios, convirtiéndolo en un destino privilegiado para la exploración del cosmos.

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Cazadores de la Puna

La región de la cordillera de los Andes ha sido habitada desde tiempos antiguos por cazadores y recolectores que aprovechaban los recursos naturales de las tierras altas. Esta área ofrece una abundancia de vegas o bofedales de altura, donde se encuentran mamíferos como la vicuña, el guanaco y una variedad de ciervos, así como una diversidad de aves como patos, perdices y tórtolas.

 

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Preservando el Legado Atacameño: El Kunza como Testimonio de una Cultura Milenaria

La cultura atacameña, un tapiz tejido con hilos de historia y tradición, emerge ante nosotros como un monumento a la resistencia frente al implacable paso del tiempo. Este pueblo, cuya evolución se entreteje con los desafíos de un entorno desértico y hostil, nos invita a explorar las profundidades de su legado a través de un lenguaje que trasciende las palabras: el kunza.

Los atacameños, dispersos en diecisiete comunidades a lo largo de las cuencas de Atacama y Loa, forjaron su existencia en un paisaje marcado por la aridez y la escasez. Sin embargo, lejos de sucumbir ante las adversidades del entorno, estos ancestros supieron adaptarse y prosperar, dando forma a una civilización que perduró por milenios.

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